miércoles, 28 de abril de 2010

No todos la tienen.

Todo igual, rutinario. 1 minuto, 1 hora, 1 día y... las cosas siguen sin cambiar.
Cuando dejas llevarte por las obligaciones y piensas: "Ojalá se acabasen" es porque en general eres feliz. No te das cuenta de eso pero tu subconsciente sabe que algo bueno puede encontrar en el día a día, en lo que tu piensas que están aburrido y cansino. Puedo asegurar que incluso cuando todo es igual, cuando siempre se escuchan el mismo tipo de comentarios, tu cerebro es capaz de mandar impulsos nerviosos hacia tu boca y hacer que sonría y sino preguntáselo a la persona que me ha hecho escribir esta entrada. ¿Por qué nunca pensamos en que somos afortunados y que tenemos mucho más de lo que desearía tener cualquier persona pobre?
Si una simple obligación o muchas simples obligaciones te hacen pensar en ella es porque no tienes ningún problema de verdad. Si lo tuvieses mandarías cualquier cosa a tomar viento y no perderías tiempo en pensar que eres desafortunado por no tener una vida espontánea.
Aprenderás a valorar cada cosa cuando tengas que solucionar algo mucho más grave de lo que ya creías insuperable.
Las obligaciones no son NADA para el que sabe algo de la vida, ¿piensas cuestionarlo?

Para tí, espero que todo se arregle :)

sábado, 24 de abril de 2010

Qué difiícil es todo.

Qué difícil es todo. Cada día, a pesar de todas aquellas cosas que te hacen sonreir o llorar, piensas que algún día la felicidad pegará a tu puerta. Pero, ¿sabes acaso en qué consiste?
Sales a la calle y piensas que no tienes motivos para preocuparte, que todo está bien y, entonces, la vida y su amiga la tristeza consigue que algo caiga por tu mejilla. ¿Agua? Bueno, no exactamente. ¿Parecido? Por supuesto. ¿Qué es? Una lágrima.

Lloras para que alguien consiga hacerte sonreir, sonríes hasta que alguien te haga llorar. Las cosas van así.

domingo, 11 de abril de 2010

Mi pequeña estrella.

Cuentan que cuando ves pasar una estrella fugaz, solo tienes que pensar algo que quieras para que se cumpla. Eso, al igual que muchas otras cosas, no puedo demostrarlo.
Lo que he aprendido es que no hay que demostrar todo para que sea verdad, o para que tu lo pienses como algo verdadero.
Tú para mí eres algo similar a una estrella fugaz. Quizás pedi a una de ellas conocer a alguien como tú después de que una rosa muriera en mi interior, después de un año de lágrimas y sonrisas falsas, después de meses sin aliento.
Desde que te conozco, todo es diferente: hago cuanto siento sin darle importancia a lo que piense la gente y es que seguiría contigo para siempre.
Gracias por cada cosa que me has enseñado, por cada cosa que he pedido mirándote a los ojos y se ha cumplido. Gracias por todo.