jueves, 24 de marzo de 2011

¡Sonríe!

Cuando los sentimientos, especialmente aquellos peligrosos, los amigos de las lágrimas, del malestar, se empeñan en ser los protagonistas de tu vida, no sabes que hacer para expulsarlos, para destruir esa fortaleza amurallada que, a tu pesar, te hace pasar momentos no demasiado agradables.

Sin embargo, no es solo eso. Con sinceridad, aseguras no saber el porqué de tu debilidad y no aceptas ayuda por no encontrar solución a ese problema inexistente. Mientras tanto, tu estado empeora, la debilidad se extiende, las ganas de sonreír te abandonan, pensamientos innecesarios pero frecuentes rayan más y más, haciéndote parecer una muñeca sin vida, callada, dubitativa... Lo peor, tu relación con esas personas a las que quieres más que a nada se deteriora, temes que lleguen momentos fatales pero, finalmente, te resignas por sentirte incapaz de superar la situación.

Habrá muchas personas (entre las cuales yo soy la primera en incluirme) que habiendo sentido todo esto o habiéndolo visto sentir, se preocupa en hallar el porqué, en pasar todo el tiempo libre del que disponen pensando más y más, indisponiéndose con ellas mismas, aumentando tan solo la culpa. Error. La causa no siempre se manifiesta; en ocasiones, los pequeños detalles forman cúmulos de dolor en tu corazón y quedas atrapada en un agujero negro que te destruye, poco a poco y que te da pocas oportunidades de liberarte.

Ahora se que todo el mundo tiene muchos motivos para estar triste pero también otros muchos para ser feliz. Lo importante es que parte decidas potenciar. No dejes que NADA, por muy malo que sea o pueda parecer destruya tu vida, tu felicidad, aquello sin lo que no podrías vivir.


You can walk away, say you don´t need love, but try it because things will change...